venerdì 16 settembre 2011
martedì 6 settembre 2011
Questa non è l'Italia: Friburgo
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Una delle poche macchine in circolazione a Friburgo |
Esta no es Italia: Friburgo
He estado en la ciudad de Friburgo en 2010. Esta pequeña ciudad del sur de Alemania, al lado de la selva negra, tiene una historia muy bonita: en el 1986 simples ciudadanos juntos con la politica dijeron no a la energia nuclear y propusieron otra alternativa energetica. Desde entonces (la primera casa solar es de 1978) la ciudad se distinguio por la iniciativas de ecosostenibilidad medioambiental y urbana sobretodo en la construccion de viviendas a sostenibilidad energetica. Friburgo tiene una red de transporte muy eficaz pero lo que se utiliza mas es la bicicleta. Casi ausentes son los coches (por la mayoria car sharing) y se nota: el aire parece lo de un pueblo. Los barrios tienen muchisimo verde que muchas veces es espontaneo. Los vecinos pueden cuidarse de trozos de jardin poniendo sus nombres, pero todos respetan y cuidan los espacios porque bienes comunes compartidos. Se pueden encontrar tambien hornos de uso compartido en los jardines de los edificios. La tranvia pasa arriba de un cesped que minimiza el ruido y contribuye absorbiendo CO2. Uno de los barrios mas bonitos es aquello llamado Vauban que ha nacido en la que era una zona militar y es un triunfo de colores tambien por su vecinos. Luego hay el barrio solar que produce mas energia de la que consuma y donde las calles pertenecen a niños y bicis. A nivel estetico han elegido dar los trabajos de contruccion a diferentes empresas por lo cual hay bastante variedad. La cosa mejor de estos barrio es el hecho que no solo hay casas si no tambien tiendas, supermercados y biologicos, mercados tradicionales en las plazas. En uno de estos se puede encontrar un tio que sirve cafe con el Ape-café. A menudo se comparte la cena en espacios publicos donde participan todos los vecinos, algunos solo contribuyendo con el dinero necesario, otros cocinando (normalemente se establen turnos) y seguro todos compartiendo y disfrutando. Enfin, la diaria y normal revolucion ecologica de los ciudadanos de Friburgo nos dice que otro mundo es posible pero tambien que la iniciativas tienen que ser tomadas en colaboracion ciudadano-politica y que no puede la polita tomarlas unilateralmente llamandolas democracia.
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